jueves, 4 de abril de 2013


HISTORIA DE CIBERACOSO



"Increíblementeestaba comenzando el segundo semestre de mi cuarto año de escuela superior.Como quien dice un viejo ya... Entré a facebooky noté que tenía una solicitud de amistad de una persona con mi nombre y mifoto. Al principio pensé que era una broma, pero al entrar y leer lasbarbaridades que escribían con mi nombre noté que era muy seria la situación.Lamentablemente mi familia y amistades aceptaron la solicitud de amistad de lacuenta falsa, inocentes y ajenos a lo que estaba pasando.
            Comencé a recibir un sin número deinsultos desde esa cuenta. Se metieron con mi hermanita menor, mi madre y hastami padre. Insultaban a las personas de mi comunidad y mis compañeros de escuela.Estos creían todo y cambiaron conmigo. Otra de las situaciones la tuve con miex pareja, quien recibió un sin número de ofensas y comentarios que llegaron aafectar su relación actual. En fin, hasta una invitación a pelear conmigo, enmi casa. Para mi sorpresa, llegó con más personas para agredirme, estando yoajeno de todo lo que acontecía.
            Mi peor error fue callar. Pero nofue hasta que recibí la primera de tres amenazas de muerte que logré contarletodo a mi familia. Pedimos ayuda a la policía pero dijeron que no atendían esetipo de casos. Me sentía súper mal, comía bien poco, no salía de mi casa, bajémis notas y comencé a enfrentar problemas de depresión y ansiedad. Si salía ala calle tenía que estar mirando para todas partes con miedo a que meestuvieran persiguiendo. Y es que la persona detrás de la cuenta falsa conocíatantos detalles de mi vida que me hacía mucho más vulnerable. No tenía paz.
            Las amenazas continuaban y cada vezse revelaban más secretos de mi vida que obviamente no tenían que publicarse.La presión fue tanta que a mis 17 años tuve un pre-infarto, tres ataques depánico y un intento de suicidio. Este último suceso provoco una revolución enmi familia. Me internaron en el Centro de Salud Mental de Bayamón, Unidad de Psiquiatría yHospitalización para adolescentes (UPHA).  Allí me desconecté del mundo y me di cuentaque no todo estaba perdido. Recibí muchísima ayuda.
            Estoy muy agradecido de lospsicólogos, psiquiatras, consejeros, maestros, trabajadores sociales yenfermeros que allí lograron que el “Yo” de siempre regresara. Por mi seguridad y misalud mental, tuve que abandonar el plantel escolar y terminé micuarto año por correo electrónico.  A migraduación de cuarto año fui con mucho miedo, ya que durante cuatro meses notuve interacción alguna con tantas personas a la vez y mucho menos con miscompañeros de escuela. Llegar allí sorprendió mucho a mis amistades, los cualesme recibieron con todo el amor posible. A pesar de mi temor, todo transcurrió de maravillas.  Aunque no pude disfrutar de miProm; viví lo más importante, que era lagraduación
            Por eso quiero exhortarle a todaslas victimas que no callen. Comuniquen todo lo que sienten y no teman enseñalar a las personas que les intentan hacer daño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario